Cuando se aplica una tensión de corriente continua a un capacitor, la corriente
empieza a circular instantáneamente con la intensidad máxima que le permite la
resistencia del circuito. Esta corriente decrece a medida que transcurre el tiempo
hasta alcanzar el nivel cero.
Por el contrario la tensión entre los terminales del capacitor será cero en el instante
que se aplica tensión al circuito e irá creciendo al mismo ritmo con que la intensidad
de corriente va decreciendo.